viernes, 24 de septiembre de 2010

Todos y uno para todos

Para continuar, en el día de hoy hablaremos sobre un derecho que ha sido fundamental para no cometer  errores en la sociedad, es el derecho de que  todas nuestras leyes estén escritas, para toda la comunidad y que a la vez sean publicada para que así podamos enfrentar posibles conflicto y  saber cual será su castigo. Es por este derecho, creado por los romanos, que somos todos políticamente iguales, y según esto se supone que si alguien roba, al menos en nuestra sociedad, debe ir a la cárcel, sea quien sea, un gobernador o un indigente… creo que hay gente que no conoce este derecho…

Históricamente  se ha consolidado la relación entre el individuo y el estado, a veces hay episodios en que los notamos tan juntos que no sabemos cual es cual, a veces unos atacan a otros, sin olvidar que se pertenecen. Todos los individuos llevamos mucho del nuestro Estado dentro, así como el Estado esta formado por nosotros mismos, o por nuestros representantes que, suponemos, eligen lo mejor para nosotros.

Antes, lo que más importaba era el grupo en sí, no quienes lo conformaban, no importaban los miembros, solo el conjunto, lo que lograban unidos. Actualmente, y lo digo como una crítica personal,  no creo que nosotros tengamos, como individuos unidos, más importancia que las autoridades… sinceramente lo que hacemos como sociedad no es propio de nosotros, si no que es la influencia de lo que nos traen nuestras autoridades, lo que nos permiten hacer  o lo que hemos perdido como castigo a nuestros actos o a los de otros.

Antiguamente, se limitaba mucho el carácter individual, pero a su vez tenían una solidez que los hacia sentirse como “todos somos uno “. La jerarquía venía impuesta  por la naturaleza o por los dioses, pero ahora esta en nuestras manos quienes representan, sabemos  que cumpliendo 18 años tenemos derecho  a sufragar, eligiendo a quienes  luego serán nuestras autoridades.

Es importante que pueda  haber un equilibrio entre el individuo y el estado, para que así ninguno pueda sentirse menor al otro  o sentirse “protegido”. Cuando el Estado acrecienta demasiado su poder, los individuos se ven disminuidos, pierden su iniciativa, ya no se sienten responsables de sus vidas. Si estamos dentro de un Estado Benefactor, el que nos da todo a todos por igual racionalmente, el individuo pierde la necesidad de  trabajar más para obtener más, para algunos es favorable, pero para otros quienes  tiene dentro de sí un sentimiento de superación, los apoca, quitándoles la iniciativa.

Para concluir podemos decir que el Estado es para los individuos, nos los  individuos para el estado. Pero aún así no debe tomar nuestras propias decisiones, debemos saber manejar nuestra sociedad, y ser capaces de poder vivir en conjunto, de acuerdo a nuestros intereses. Una manera de  manifestarnos como sociedad, es creando sindicatos o corporaciones , donde  somos los que decidimos, para eso como estudiantes tenemos un centro de  alumnos , el que debemos saber aprovechar, y ocuparlo como un verdadero recurso de manifestación y de organización .



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